Desde el suelo




Recoge la cena con tus manos de porcelana
Ríe conmigo al sonar de mis cantos vanos
Pues reflejo en vuestras tazas vacías, el labial de cacao
Que ansié en tu almohada rosa, la que enfriamos por la mañana
La que desapareció entre las enredaderas de vuestro lecho blanco

Despierta y mira fijo, quién a lo lejos te observa
Siento miedo, amor, huye lejos
Cómo si nunca hubieses venido, déjame caer en llanto
Aunque mi postre muerto ya me haya servido.

Desde aquí abajo observo las piernas, los esmaltes de las reinas
Las alfombras que tapizan tus pasos y las largas historias que inician
En tacones rojizos, desembocando en el vacío de tus labios mujer.

Salamandras entre mis ojos, fuego que se encarna
Déjame seguir buscando el futuro, déjame solo he dicho
Hasta dormir del sueño, hasta caer rendido
Para así dejar de observar tu mirada...

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