Lejos

Sólo a la vida, a la blanca luz
Sulfurada y esperando, a ella
La cual encarna en lo que menos buscas
Lo que diariamente escupe tu espalda
Varios colores excitan la alegría
Iluminan las cavernas
Sedientos de respuestas, clamando amor
Cariño y pasión
En el oscuro y abrazador mar
Que avanza hasta la orilla, tan rápido
Como vuelve a irse
A recogerse y hundirse
En mareas tan cambiantes
Llenas de soledad y tristeza...
En un cerro, la cúspide de lo posible
El clímax del logro
Ahí estará alguien
Esperando volver a caer o solo esperar
Que la brisa marina oxide sus ganas
De tener compañía
Termine por convertir al mayor ser, en el más egoísta
Realista que, sin nada de culpa, se dejó marchitar
Por un abrazo tierno pero helado...
Y en el cielo, observando el deceso árido
El dolor de los que lejos quieren llegar
Buscando la mejor manera de que alguien
Tan abajo los perciba
A ellos, que en el cosmos se adentran
Pero hay, de los que miran el cielo, sin querer los observan
Los sienten y saben que en algún momento alcanzarán
Y si no ahí se quedarán, esperando
Al más preparado, el que desee volar
Y de una mano rescatar, la luz
Al final de este infierno...