Ni mis propias memorias

Mis manos jamás soportarían
El roce de las ramas secas tan lejos de aquí
Ni mis ojos la humedad ni el rocío
De una vida entera, en fracciones de buenos momentos
Calma, la cruel verdad espera
Mis piernas jamás fueron tan fuertes
Te has dado cuenta cuanto tiemblo al pensar en ser
Dueño de mi propia vida otra vez
Nada sería dar un paso más para así refugiarme
En un nido que a lo lejos es cauto
En si mismo, pues guarda en cada esquina
La pluma del polluelo que fugaz ni recuerdos dejó
Como en ratos pienso, del nido al mundo
De los brazos al vacío, quien sabe
La crisis de la libertad a bofetadas
Cual único cariño como el mar fuese
de buenos momentos solo golpes.
Calma, la cruel verdad espera.
Tengo mi pecho inflado, o inflamado de aquello
Mis propias memorias que me acompañarán por el camino
Y mis ganas, como suelas firmes para correr lejos de aquí...

Yo si creo

Mira los mártires que suelen ser bellas
Mira el cielo y busca las estrellas
Observa los espejos de tu propia vida, un reflejo
Y dime quién creyó en tus palabras , a pesar del olvido.
Ahora calma, juicios por millones habrán
Pues jueces en las calles oscilan
Burlando nuestros propios sueños
Creyendo su propia verdad, lejos de una bella realidad.
Corazones basura, en el viento se pierden
Buscando un tejado donde dormitar
Y así secarse en el olvido.
Como espían las flores, que se ganan fácil un espacio en tu alma
Y vomitan, palabras de un hombre sin sentido
Que usa una máscara de caballero, dicen
Siendo en el fondo un estropajo
Creyera yo eso, sería mi propia vida un montaje
Pues yo si aposté y sé quien realmente se esconde
Debajo de ese hermoso velo.

Y los recuerdos de tu vida...

Esta bien, se escuchar
Pues nunca cayo, suele ser
Que miro más allá de mi cuerpo, de mis propios lamentos
Hoy suelen ser calmados los días
Aunque no viera tus ojos por ahí
Sollozando algo de nostalgia y recuerdo
Quisiera encontrar una luciérnaga
Que callara nuestras voces
Para agarrar mis propias manos
Y desafiar el futuro
Calma, se que te irás, te irás tan lejos
Que puedo decir, si conozco nuestra propia realidad
Buscaré la forma, de calmar mi pasión
Y dejar solo tu mente volar
En tranquilidad, sin temor a transformarse
En mil aves cantoras, más una herida
Siempre estará ahí, la que yo no podré curar
La que te hará elegir, si necesitas más un pétalo que a mi
Y los recuerdos de tu vida...